La urbanización se desarrolla en torno a una sucesión de prototipos-viviendas que se cosen en sus accesos. Nuestro deseo es manejar una arquitectura orgánica, que integre la huella edificada con lo existente y se encuentre en continua concordancia con el terreno y el medio ambiente donde se asienta. Un proyecto que se mimetice con el entorno que lo recibe, y cuyos colores y materiales emanen de lo local.

En cada hoja del urbanismo, generamos una circulación perimetral, un camino peatonal de acceso elevado, que permita a los ciudadanos llegar a las viviendas a través de unos ante-patios. Estos ante-patios abiertos entre las distintas casas, agrupan viviendas a la manera de la arquitectura vernácula. En ellos, acondicionados con mobiliario local, se busca la proximidad de la vegetación plantada, y a través de ellos fluyen los recorridos peatonales en una sucesión continua de espacios públicos, de manera que los ciudadanos se sientan parte de ellos y de la comunidad.