LA EXTENSIÓN DE LA CIUDAD
El hecho de vivir en la ciudad siempre se ha visto como un reto a la estabilidad social; la demanda de recursos espaciales su ubicación y las potencialidades que estos tengan con respecto a su situación con los recursos naturales cercanos muestran las condicionantes principales para esta estabilidad.
La ciudad de Guayaquil se encuentra rodeada casi en su totalidad por cuerpos hídricos casi en un 70% de su perímetro urbano, al tener este recurso como una de las principales características de la urbe se vuelve necesario incluirlo como parte de sus sistema urbano y que aporte o incremente las potencialidades del mismo para seguir haciendo ciudad no solo en el hecho material (construir ciudad), sino también como parte del evento holístico en busca de la creación no solo de un espacio habitado, sino de espacios para disfrutar.
¿Se podría talvez pensar, que una ciudad bajo los antecedentes de Guayaquil mejore su propia estabilidad social por medio de sus recursos naturales y espaciales, extendiendo sus capacidades y potencialidades?
La propuesta de “Sistema de plataformas fluviales” se manifiesta como un espacio flexible, extensible, efímero, móvil (no solo como transporte), habitable (no solo en el rigor de la vivienda), espacio plataforma (como espacio capas de aumentar la percepción sobre las cosas o eventos)  y que busca a su vez mitigar la saturación espacial de la ciudad; que aunque paradójico que parezca Guayaquil se extiende sobre grandes parcelas dejando retazos de territorio entre la ciudad y alrededor de la misma, lo que de alguna manera se percibe contradictorio en su núcleo urbano donde  se mantienen espacios tan concentrados que no se logran leer claramente.

El manejo de los espacios en la ciudad y gran demanda del mismo como parte de la labor económica del sistema urbano, deja notar el territorio como una superficie plagada de actividades que pudieran notarse como saturadas o tugurizadas