Mi propuesta de Arquitectura nace de la búsqueda personal por contribuir al bienestar de las personas y crear espacios emocionalmente significativos, más allá de una respuesta espacial puramente funcional y estética. Los espacios que habitamos tienen la capacidad de impactar y transformar a las personas, pueden ser una fuente de inspiración para su trabajo, fomentar su capacidad creativa y pueden ser escenarios de interacción en donde la empatía y la comprensión pueda florecer. 

La innovación puede verse reflejada en toda nuestra vida, en la arquitectura esencialmente la innovación debería enfocarse en mejorar la experiencia del individuo que habita el espacio.

Me refiero a que cada persona, tiene ciertas características que lo hacen particular, como pueden ser, el género, la edad, condiciones de salud, tendencias, creencias, etc. Innovar nos debería llevar hoy a mirar la arquitectura como una experiencia individual, reconociendo que la experiencia no es sólo física visual, sino además olfativa, auditiva, táctil, sensorial... ¿Te ha pasado alguna vez que entras a un espacio y sientes que te aplasta y quisieras terminar pronto tu diligencia para salir de ahí? ¿Y tal vez te preguntas, si esa era la idea de quien lo construyó o por el contrario fue producto de un desacierto? ¿O Te ha pasado que visitas un lugar y te sientes apacible, inspirado, con ganas de llegar a tu casa u oficina a crear nuevas ideas para tu proyecto o negocio o tal vez has estado en lugares donde casi que naturalmente recordaste tu infancia y aquello te genera ciertas emociones? Lo anterior se debe a que hay en ti ciertas situaciones que despiertan en ti el instinto de supervivencia, que es el cómo respondemos a las amenazas o posibles recompensas, nuestro cerebro está programado para ello, la supervivencia y la reproducción.

 Si bien la arquitectura está enmarcada dentro de las bellas artes y o a lo largo de la historia, se ha diseñado y construido en respuesta a las necesidades evolutivas del hombre y a los diferentes movimientos artísticos de cada período conocido. El mundo hoy nos lleva a mirarnos individualmente, a ser auténticos, como pieza única creada una sola vez, todos queremos eso, como individuos y también como compañías, queremos diferenciarnos y hoy más que nunca ponemos énfasis en ello.

Actualmente, hemos profundizado un poco en algunos conceptos de neuro arquitectura, para entender como la implementación de ciertas formas, colores, señales, texturas o dimensiones espaciales, entre otros, puede transformar no sólo la disposición a las funciones de cada espacio, sino que llegan a incrementar la creatividad, el impulso y por ende la calidad de la producción. Entonces se hace necesario estudiar al usuario para generar diseños cognitivamente comprensibles, un vocabulario espacial claro, como lo son las relaciones espaciales claras y coherentes, siguiendo las actividades, pero también la manera como el usuario vive el espacio, esto nos debe indicar la mejor forma de abordarlo (existen varias rutas, como por ejemplo la ruta espacial, ruta léxica o ruta gráfica). Reconociendo nuevos principios de diseños, para crear efectos sensoriales en los usuarios (como por ejemplo, los juegos de luces, para estimular ciertas funciones cerebrales, dependiendo de la función del espacio, o el efecto umbral en espacios longitudinales para evitar alteraciones emocionales, entre otros).

 Así mismo, desde la experiencia de esta propuesta, hemos observado grandes beneficios a nivel de la salud, mejoría en las funciones cognitivas y mejoría en los estados anímicos de las personas, al abordar los proyectos incluyendo la naturaleza, en integración con el componente social, entendiendo la necesidad fisiológica del ser humano de  converger y colaborar en comunidades, situando a la naturaleza como protagonista,  como un factor de sinapsis espacial, que sea ese puente de unión, haciendo alusión a la sinapsis neuronal, que es la unión de dos neuronas a través de lo cual se produce una conexión cerebral, es decir, conectar lo de afuera con lo de adentro.