Economista y arquitecto de profesión. Actualmente trabajo en la administarción especializado en urbanismo sostenible y social.
Haciendo hincapíe en que la meta del desarrollo sostenible es “satisfacer las necesidades del presente sin poner en riesgo la capacidad de las generaciones futuras para encontrar sus necesidades” . Como agentes clave de la sociedad, las organizaciones de todo tipo tienen un papel esencial en la consecución de este propósito.
La consecución de aplicar una arquitectura sustentable puede parecer más una aspiración que una realidad. A la medida que se globalizan las economías, brotan nuevas ocasiones que tratan de producir prosperidad y calidad de vida a través del comercio, del acceso a la tecnología y de la puesta en común de conocimientos. No obstante, estas ocasiones no siempre y en toda circunstancia están a predisposición de una población que aumenta continuamente, y van acompañadas de nuevos peligros relativos a la estabilidad ambiental. Las estadísticas que prueban que ha habido mejoras positivas en las vidas de muchas personas de todo el planeta se ven contrarrestadas por la preocupante información sobre la situación medioambiental y el progresivo inconveniente de la pobreza y la hambruna de millones de personas. Este contraste repercute entre los problemas más apremiantes del siglo veintiuno.
Entre los desafíos más esenciales que acarrea el desarrollo sostenible es que demanda opciones alternativas renovadoras y nuevas formas de meditar. Aunque los avances en conocimientos y tecnologías contribuyen al desarrollo económico y ejemplos sustentables hay muchos , asimismo tienen el potencial de asistir a solucionar los peligros y amenazas de la sostenibilidad de nuestras relaciones sociales, del medio entorno y de las economías. Los nuevos conocimientos y las innovaciones en materia de tecnología, administración y políticas públicas brindan a las organizaciones la ocasión de escoger nuevas opciones alternativas sobre el modo perfecto en el que sus operaciones, productos, servicios y demás actividades influyen en el planeta, en la población y en las economías.